SALMO 51 1 Del maestro de coro. Salmo de David. 2 Cuando el profeta Natán lo visitó, después que aquél se había unido a Betsabé. 3 ¡Ten piedad de mí, oh Dios, por tu bondad, por tu gran compasión, borra mis faltas! 4 ¡Lávame totalmente de mi culpa y purifícame de mi pecado! 5 Porque yo… Continue reading SALMO 51 (50)
Category: SALMOS
SALMO 67
SALMO 67 1 Del maestro de coro. Para instrumentos de cuerda. Salmo. Canto. 2 Que Dios tenga piedad y nos bendiga, haga brillar su rostro sobre nosotros, 3 para que en la tierra se reconozca su dominio, y su victoria entre las naciones. 4 ¡Que los pueblos te den gracias, oh Dios, que todos los pueblos te… Continue reading SALMO 67
SALMO 51 (50)
ÍNDICE SALMO 51 1 Del maestro de coro. Salmo de David. 2 Cuando el profeta Natán lo visitó, después que aquél se había unido a Betsabé. 3 ¡Ten piedad de mí, oh Dios, por tu bondad, por tu gran compasión, borra mis faltas! 4 ¡Lávame totalmente de mi culpa y purifícame de mi pecado! 5 Porque… Continue reading SALMO 51 (50)
SALMO 97
SALMO 97 1 ¡El Señor reina! Alégrese la tierra, regocíjense las islas incontables. 2 Nubes y Tinieblas lo rodean, la Justicia y el Derecho son la base de su trono. 3 Un fuego avanza ante él y abrasa a los enemigos a su paso; 4 sus relámpagos iluminan el mundo; al verlo, la tierra se… Continue reading SALMO 97
SALMO 2
1 ¿Por qué se amotinan las naciones
y los pueblos hacen vanos proyectos?
2 Los reyes de la tierra se sublevan,
y los príncipes conspiran
contra el Señor y contra su Ungido:
3 «Rompamos sus ataduras,
librémonos de su yugo».
4 El que reina en el cielo se sonríe;
el Señor se burla de ellos.
5 Luego los increpa airadamente
y los aterra con su furor:
6 «Yo mismo establecí a mi Rey
en Sión, mi santa Montaña».
7 Voy a proclamar el decreto del Señor:
El me ha dicho: «Tú eres mi hijo,
yo te he engendrado hoy
8 Pídeme, y te daré las naciones como herencia,
y como propiedad, los confines de la tierra.
9 Los quebrarás con un cetro de hierro,
los destrozarás como a un vaso de arcilla»
10 Por eso, reyes, sean prudentes;
aprendan, gobernantes de la tierra.
11 Sirvan al Señor con temor;
12 temblando, ríndanle homenaje,
no sea que se irrite y vayan a la ruina,
porque su enojo se enciende en un instante.
¡Felices los que se refugian en él!
SALMOS
SALMO 2
1 ¿Por qué se amotinan las naciones
y los pueblos hacen vanos proyectos?
2 Los reyes de la tierra se sublevan,
y los príncipes conspiran
contra el Señor y contra su Ungido:
3 «Rompamos sus ataduras,
librémonos de su yugo».
4 El que reina en el cielo se sonríe;
el Señor se burla de ellos.
5 Luego los increpa airadamente
y los aterra con su furor:
6 «Yo mismo establecí a mi Rey
en Sión, mi santa Montaña».
7 Voy a proclamar el decreto del Señor:
El me ha dicho: «Tú eres mi hijo,
yo te he engendrado hoy
8 Pídeme, y te daré las naciones como herencia,
y como propiedad, los confines de la tierra.
9 Los quebrarás con un cetro de hierro,
los destrozarás como a un vaso de arcilla»
10 Por eso, reyes, sean prudentes;
aprendan, gobernantes de la tierra.
11 Sirvan al Señor con temor;
12 temblando, ríndanle homenaje,
no sea que se irrite y vayan a la ruina,
porque su enojo se enciende en un instante.
¡Felices los que se refugian en él!
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SALMO 2
1 ¿Por qué se amotinan las naciones
y los pueblos hacen vanos proyectos?
2 Los reyes de la tierra se sublevan,
y los príncipes conspiran
contra el Señor y contra su Ungido:
3 «Rompamos sus ataduras,
librémonos de su yugo».
4 El que reina en el cielo se sonríe;
el Señor se burla de ellos.
5 Luego los increpa airadamente
y los aterra con su furor:
6 «Yo mismo establecí a mi Rey
en Sión, mi santa Montaña».
7 Voy a proclamar el decreto del Señor:
El me ha dicho: «Tú eres mi hijo,
yo te he engendrado hoy
8 Pídeme, y te daré las naciones como herencia,
y como propiedad, los confines de la tierra.
9 Los quebrarás con un cetro de hierro,
los destrozarás como a un vaso de arcilla»
10 Por eso, reyes, sean prudentes;
aprendan, gobernantes de la tierra.
11 Sirvan al Señor con temor;
12 temblando, ríndanle homenaje,
no sea que se irrite y vayan a la ruina,
porque su enojo se enciende en un instante.
¡Felices los que se refugian en él!
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1 ¿Por qué se amotinan las naciones
y los pueblos hacen vanos proyectos?
2 Los reyes de la tierra se sublevan,
y los príncipes conspiran
contra el Señor y contra su Ungido:
3 «Rompamos sus ataduras,
librémonos de su yugo».
4 El que reina en el cielo se sonríe;
el Señor se burla de ellos.
5 Luego los increpa airadamente
y los aterra con su furor:
6 «Yo mismo establecí a mi Rey
en Sión, mi santa Montaña».
7 Voy a proclamar el decreto del Señor:
El me ha dicho: «Tú eres mi hijo,
yo te he engendrado hoy
8 Pídeme, y te daré las naciones como herencia,
y como propiedad, los confines de la tierra.
9 Los quebrarás con un cetro de hierro,
los destrozarás como a un vaso de arcilla»
10 Por eso, reyes, sean prudentes;
aprendan, gobernantes de la tierra.
11 Sirvan al Señor con temor;
12 temblando, ríndanle homenaje,
no sea que se irrite y vayan a la ruina,
porque su enojo se enciende en un instante.
¡Felices los que se refugian en él!
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SALMO 2
1 ¿Por qué se amotinan las naciones
y los pueblos hacen vanos proyectos?
2 Los reyes de la tierra se sublevan,
y los príncipes conspiran
contra el Señor y contra su Ungido:
3 «Rompamos sus ataduras,
librémonos de su yugo».
4 El que reina en el cielo se sonríe;
el Señor se burla de ellos.
5 Luego los increpa airadamente
y los aterra con su furor:
6 «Yo mismo establecí a mi Rey
en Sión, mi santa Montaña».
7 Voy a proclamar el decreto del Señor:
El me ha dicho: «Tú eres mi hijo,
yo te he engendrado hoy
8 Pídeme, y te daré las naciones como herencia,
y como propiedad, los confines de la tierra.
9 Los quebrarás con un cetro de hierro,
los destrozarás como a un vaso de arcilla»
10 Por eso, reyes, sean prudentes;
aprendan, gobernantes de la tierra.
11 Sirvan al Señor con temor;
12 temblando, ríndanle homenaje,
no sea que se irrite y vayan a la ruina,
porque su enojo se enciende en un instante.
¡Felices los que se refugian en él!
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ÍNDICE SALMO 51 1 Del maestro de coro. Salmo de David. 2 Cuando el profeta Natán lo visitó, después que aquél se había unido a Betsabé. 3 ¡Ten piedad de mí, oh Dios, por tu bondad, por tu gran compasión, borra mis faltas! 4 ¡Lávame totalmente de mi culpa y purifícame de mi pecado! 5 Porque… Continue reading SALMO 51 (50)