Aquellos días de mayo, recostado en la hierba, aprendí de nuevo aquella lección inolvidable e inexpresable que nos dice cómo el amor está ligado a la verdad, y que las intuiciones y reflexiones intelectuales, si son verdaderas, nunca aparecen en la frialdad ni en la agitación del alboroto nervioso. La creación del instante. (Memorias)

Besos varoniles, de los que salen de lo hondo del corazón y explotan chispeantes, suaves y alegres en armonía luminosa de color en toda tu piel joven de mujer, especialmente en tus labios dulces y en tus ojos cariñosos que como sabes son siempre el espejo de tu alma radiante.